el adiós
"...con una fija mirada,
hombre de barba cerrada,
con un acento de orden
así le habla a su plebada..."
con un acento de orden
así le habla a su plebada..."
“Y si, había jurado
que iba a ser la última vez que me iba a encamar con una mujer que tuviera pareja,
pero en mi defensa esta vez solo diré que ella no me había dicho y también que
esta vez no me encame con ella, sobra decir que esta vez sí me enamoré.”
Con ese fragmento empezó el
trovador esa noche, después continuo con la canción de “Contigo” de Joaquín
Sabina, el público incluyéndome chiflamos y aplaudimos cuando el chaval termino
de decir esa frase, a final de cuentas era una buena frase, me puso a
reflexionar cuantas veces había hecho lo mismo, pero me saco de mis
pensamientos Patricia que venía conmigo esta noche dándome un beso maravilloso,
seguimos coreando las canciones como si fuese un concierto, Patricia se notaba
un tanto extraña, más bien yo la notaba un poco extraña, era la cuarta vez que íbamos
a ese lugar de trova y las últimas dos veces había sido idea de ella y eso que
ese tipo de música no es su hit, pero bueno nos la pasábamos muy bien pero
notaba un cierto brillo en sus ojos, si bien teníamos saliendo cerca de 3 meses
aun no habíamos formalizado nada, digamos que nunca he formalizado una relación,
con ella las cosas iban bien, exceptuando desde hace 15 días, no contestaba los
mensajes y las llamadas las regresaba con mucha diferencia, no le daba mucha
importancia ya que el trabajo muchas veces llega a absorber demasiado, pero sentía
que las cosas no iban para nada bien, pero bueno quizás eran puras ideas mías,
esa noche concluyo como de costumbre, con unas cervezas encima y después fuimos
por unos tacos, al llegar a su casa ella solo me dio un beso de despedida y se bajó
del auto después se metió a su casa sin decirme nada, me sentía muy extraño,
por fortuna mis amigos no estaban disponibles y me retire directo a mi depa, me
serví un trago y me puse a fumarme un cigarrillo mientras leía “Diablo Guardián”
de Xavier Velasco, termine de leer “¿Cómo
atrapas a una mujer que anda en las nubes? ¿saltas, vuelas, planeas, levitas?”,
cuando empezó a sonar mi celular, dejé la lectura pendiente y contesté la
llamada, era mi mejor amiga, tenía tanto tiempo que no hablaba con ella quizás un
mes que se me hizo muy rara su llamada:
Yo: ¿Bueno? ¿Qué pedo cómo estás? ¿Querías
llamar a las pizzas?
Amiga: Bien y ¿tú?, Algo así, pero quería que tu
marcaras porque ya no sé donde vivo, pero hablando en serio ¿ya me cambiaste
por tu nuevo querer? O solamente se te olvido que existo.
Yo: Para nada, sabes que de eso justamente quería
hablarte, hace cerca de 15 días que la notó muy extraña sabes, no le gustaba ir
a la peña de trova y desde hace 15 días hemos ido dos veces, pero no me
contesta los mensajes y las llamadas me las regresa con bastante tiempo de
diferencia y vas a creer que estoy con cosas, pero le noto un brillo en los
ojos diferente.
Amiga: Sabes, toda la jodida vida he dicho que eres
una persona muy extraña, tu vida regularmente es un desmadre, pero logras decir
pendejadas que luego tienen mucha coherencia, ¿desconfías de alguien de su
trabajo? ¿te ha cambiado el nombre? ¿Qué es lo que te llama la atención?
Yo: Gracias por el cumplido, pero es algo que
cualquier persona se podría dar cuenta o eso creo, de su trabajo no creo, las
pláticas referentes a su trabajo regularmente no sonríen ni cambia su tono de
voz ni nada por el estilo, pero cuando me ha dicho de la peña de trova, su
sonrisa ilumina todo el vecindario, pareciera que soy yo pidiendo una cerveza después
de un partido de soccer.
Amiga: Creo que cada día si estas más loco o más
pendejo, con es que dices no tengo ni tantita duda, a huevo que es alguien de
la peña, pero está muy cabrán saber quién puede ser, pero hay que ser sinceros,
esa mina es muy bonita para ti, también no es muy de tu estilo, no sé en que
estabas pensando cuando te enrollaste con ella.
Yo: Tienes toda la puta razón del mundo, si ella
no le gustaba ir a ese lugar y el tipo que canta dijo una frase acerca de que
se había prometido no meterse con morras que tuvieran pareja pero que en su
defensa se había enamorado o una pendejada así… siempre me terminas resolviendo
mis problemas, es un pinche gusto hablar contigo, siempre te apareces cuando más
te necesito, pero, ¿Para qué era tu llamada?
Amiga: Creo que sería mejor que me contrataras de
tu asistente personal, digo así los dos ganaríamos algo, pero bueno la llamada
solo era para saber cómo estabas, te había notado muy ausente últimamente, no
dabas señales de vida y eso no me gustaba mucho, pero me da gusto que estas
bien, ahora de tarea tienes pensar ¿Cómo le vas a decir? Porque yo te conozco y
se cómo carajos piensas, pero no creo que ella sepa.
Yo: Gracias, lo tendré presente para cuando
tenga una empresa y necesite alguien que resuelva problemas que se puedan
pagar, tienes razón, pero ya me las arreglaré para preguntarle, me estas
poniendo a pensar y eso no me gusta, pero muchas gracias y espero que también estés
muy bien, cuídate mucho y espero pronto vernos.
Amiga: Solo prométeme que no vas hacer ninguna
pendejada, por favor, no busques una venganza en caso de que sea lo que
piensas, y recuerda tratar las cosas de la mejor forma, cuídate mucho y ojalá
si nos veamos pronto, adiós.
Después de colgar la llamada
saque mi libreta de escritos y me puse a escribir las formas más correctas de
preguntarle a Patricia, pero no daba con ninguna quizás sería buena idea pasar
por ella al trabajo, ir por unas cervezas y poder platicar con ella y que
dentro de la plática saliera el tema, me termine mi trago y deje la lectura
para otro día. Pasaron tres días hasta que por fin pude ver a Patricia, fue
complicado pero la aborde saliendo del trabajo, fuimos a un bar cercano y
platicamos, acorrale la plática a mi objetivo, pero fue cuando le dije “te he notado muy extraña últimamente, solo quiero
saber ¿qué está pasando? No quiero excusas, ya platique con el chaval de la
peña”, ella se puso nerviosa e iba a intentar negar todo pero al final no
lo hizo, “bueno, pues no tengo mucho que
decirte, me la pasaba bien pero a ese chaval como lo llamas, lo conozco desde
hace muchos años, nunca habíamos pasado de un saludo, hasta que me llevaste a
ese lugar y pues bueno las cosas se dieron con él…” fue cuando la
interrumpí estaba yo molesto pero a final de cuentas no podía hacer mucho, y le
dije “vale, gracias por la sinceridad
pero bueno, ya es tarde para estar tomando una cerveza entre semana, te paso a
dejar a tu casa”, ella solo asintió y no dijo nada más el trayecto fue más
largo que de costumbre, no hubo platica de por medio solo un silencio que
lograba mitigarlo un poco con el sonido del radio del auto, al bajar solo me
dio un beso y se fue, no hubo más, no volví a esa peña de trova y tampoco volví
a verla, mi amiga tenía razón, ya que logro decir pendejadas que luego tienen
mucha coherencia, aunque
lo bueno fue que pagué uno de mis pecados que he cometido, aunque para ser
sincero no quería pagar con ella ese pecado.
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