Nueva vida
“…y hoy me mudo para oír,
Lo que nunca te supe decir,
No perfumes tanto la verdad,
Que hasta los muertos,
Nos cansa resucitar…”
Mi vida había cambiado un poco, un cambio de residencia, andar en transporte público, ya no extrañaba a nadie ni a
nada, me había vuelto un extraño por completo, un trabajo que no me exigía mucho,
había cambiado de numero de celular, aunque aún mantenía el número anterior en
un teléfono que casi no utilizaba, ya que faltaban dos meses para que concluyera
el contrato y en esta población nueva casi no tenia señal, al parecer después de
ese problema legal me trajo muchas cosas buenas por ejemplo, aprender a convivir
con la soledad, leer demasiado, aprender cosas nuevas, viajar solo, no depender
del celular, el futbol ya solo quedaba en ver videos antes de dormir, ya
practicaba andar en patines o en la bici, también el caminar por los cerros de
esta población, mi ingesta alcohólica ya había bajado demasiado, aunque el
tabaco no pude dejarlo, ¿amistades? Pfff quizás ya todos eran conocidos de saludo
y hasta ahí, no era mejor ni peor mi vida digamos que solamente era distinta.
Ya habían pasado 30 días desde
que empecé a vivir acá, estaba en el desayunador del departamento escribiendo un
poco cuando saque una botella de whisky que me había ganado en la fiesta de fin
de año en la empresa y me puse a escribir aquella novela que iba a mandar a fin
de mes para un concurso que aun no lograba concluir, faltaban solamente dos capítulos
y me había costado trabajo poder concluirla pero con los tragos de whisky las
letras iban fluyendo tan bien como si esos tragos fueran la formula perfecta
para seguir escribiendo, tenia mis dos celulares cargando en la laptop y
escuchaba a Oceransky mientras escribía, curiosamente en el desayunador jalaba
el celular de mi antigua vida, llevaba casi media botella de whisky cuando me
distrajo el celular de mi vida anterior, era extraño, me dio algo por revisar
cosas del pasado, esas charlas que tenia con aquella mina que sin decirle nada
un día deje de verla y ella se canso de buscarme, las charlas con mis amigos, las
ultimas palabras que tuve con mi familia y también me puse a revisar las fotos
y videos que tenia en el teléfono, no voy a negarlo, sentí mucha nostalgia,
como si la soledad me quisiera soltar y me animara a marcarle a cada persona
con las que perdí contacto, pero me contuve cuando por mis mejillas se pasearon
algunas lágrimas, me serví los 10 segundos reglamentarios de whisky con tres
hielos y al hilo me lo tome para continuar escribiendo.
Estaba por finalizar el penúltimo
escrito cuando mi celular antiguo empezó a sonar con un numero de lada
internacional, lo vi de reojo pero no quise darle la atención, pero no paraba
de sonar, solo oprimí el botón lateral para que dejara de sonar y de vibrar y seguí
escribiendo, fue cuando me di cuenta que eran las 2:45 de la mañana, encendí un
cigarrillo y me dije en voz alta “chaval
si llega una llamada en lo que te terminas el cigarrillo, la vas a tomar, no
importa de quien sea”, era increíble estaba hablando conmigo, cuando me di
cuenta empecé a reírme de mi mismo, faltaban quizás 4 bocanadas al cigarrillo
cuando empezó a sonar el celular antiguo, sin revisar de quien era la llamada,
puse el altavoz y me serví otro trago de whisky:
Yo: ¿Bueno? ¿Quién habla?
Desconocido: ¿chaval? Buenas noches, ¿eres tú?
Yo: aja, ¿Quién habla?
Desconocido: no puedo creer que seas tú, me dijeron que habías
desaparecido, nadie sabe de ti, pero me preguntaba ¿de que color se ve la luna?
Yo: la luna se ve blanca, tan blanca como la luz
de esa farola donde nos besamos por primera vez… ¿Qué pasa mina, todo bien?
Mina: ¿Cómo puedes recordar eso? Siempre recuerdas
todo, eres tan extraño, ¿Qué haces? ¿Por qué huiste? Te pasé a buscar y nadie
me pudo dar razón de ti, hace unas semanas empecé tu búsqueda, pero no había rastro
de ti, hoy me daba por vencida, recordé que los días 13 siempre bebes hasta
pasadas las 3 de la mañana, tienes costumbres muy raras, pero ahorita créeme
que agradezco que las tienes ¿Dónde vives? Quisiera visitarte un día de estos.
(su voz se hizo un poco más suave al final)
Yo: así somos los eruditos, nos acordamos de puras
pendejadas, es verdad, no me había dado cuenta que era día 13, quizás por eso
estoy bebiendo sin querer queriendo. (hice una pausa mientras encendía otro
cigarro y me terminaba el trago) Vivo un poco lejos, digamos que a 18 horas de donde
antes vivía, pero en avión es corto quizás menos de dos horas, ¿en que puedo
ayudarte?... pero antes dime ¿Cómo estás? ¿ya cenaste?
Mina: jajajajaja, no he cenado, te he estado
esperando para hacerlo, necesitaba que me lo recordaras, y estoy muy bien al
escucharte (eso mientras sentía que sonreía), ¿crees que podamos vernos? Anda dime
donde vives, quiero darte una sorpresa.
Yo: Seguro, mi dirección es (le pase la dirección)
y mi nuevo número es (le pase mi nuevo número), pero por favor no se lo confíes
a nadie, es mas ni a tu sombra, no le digas a nadie que vienes a visitarme y
tampoco me digas cuando vienes.
Mina: te lo prometo, muchas gracias, espero verte
pronto, descansa que quizás mañana, tengas que ir a trabajar, intenta soñar
conmigo, (hizo una pausa) claro si aún me recuerdas.
Yo: claro que aun te recuerdo, cada día de mi
vida, igual sueña muy bonito, te mando un abrazo de oso, descansa.
La charla termino sin más
palabras, colgué la llamada y deje el ultimo capitulo a medio acabar, encendí un
cigarrillo mas y el ultimo trago para que me acompañara en esa noche fría de invierno,
recuerdo muy bien, esa noche me fui a dormir con una sonrisa en el rostro y quizás
fue el día que mejor dormí en mucho tiempo, debo de aceptar que si soñé con
ella.
Habían pasado dos semanas de esa
llamada y no deje de pensarla en todo momento, tenia 3 años y medio de no saber
de ella, a cada lugar donde yo iba siempre me fijaba alrededor para ver si ella
no estaba detrás de algún aparador o sentada en alguna banca, pero no, no era
ni aquella mina que estaba fumando, ni
aquella señora que se enchinaba las pestañas en el bus, ni tampoco aquella
mesera que siempre me regalaba una sonrisa y no me preguntaba cual iba a ser mi
comida ya que le decía que ella decidiera por mí, era jueves y llovía a
cantaros, me fui a un bar donde los jueves tocaba trova un chaval y de paso me tomaba
un café de la casa junto con una tarta de frutas que había sido mi preferida
desde la primera semana que llegue a este lugar, ya había mandado mi novela y solo
me restaba esperar 1 mes para saber el veredicto, deje un poco de propina y me
fui caminando al compas de la lluvia rumbo a mi departamento, iba pensando en cosas
del trabajo cuando al subir por las escaleras la vi a ella sentada esperando a
fuera del departamento, traía una mochila de viaje, unos jeans desgastados, un
poco mas de maquillaje que como la recordaba, una blusa blanca y un
rompevientos rosa, aquel que me gustaba tanto que se pusiera, estaba con los
ojos cerrados quizás cansada de esperarme, le toque el hombro y fingí una voz
chillona “disculpe señorita, no puede
estar aquí, son políticas del edificio”, ella se sobresalto y se paro de
inmediato, al verme lo primero que hizo fue abrazarme por el cuello, diciéndome
“tenia tantas de verte, pensé que me habías
dado mal tu dirección, tengo 3 horas esperándote”, nos dimos un beso en
cada mejilla y la invite a pasar, saque el whisky que había dejado pendiente a
partir de esa llamada y le pregunte si quería sopa de caja, ya que no tenia nada
mas para cenar, ella solo me regalo una sonrisa maravillosa y solo acepto el
whisky, platicamos de tantas cosas que sentía como si el tiempo no hubiera
pasado, ella tenia unos cuantos kilos de mas que para ser sincero la hacia ver
aun mas bonita que como la recordaba, le ofrecí mi cama mientras yo me iba a
dormir al sofá.
Seré sincero, no podía conciliar
el sueño, pensaba que todo era una mala broma del destino, pensaba tantas cosas
que no me permitía poder pegar los ojos, el reloj de pared marcaba las 3 de la
mañana, cuando escuche que se paraba, cerré los ojos y me hice el dormido,
esperando que fuera al sanitario, pero los pasos los escuchaba cada vez mas
cerca, sentí cuando se puso a un lado de mi y solo me veía, lo sé porque tenia
los ojos entre abiertos, ronque un par de veces para hacer mi actuación mas creíble,
pero ella seguía ahí, no pude aguantar mas tiempo y abrí un poco los ojos
mientras me hacia el sorprendido de verla “¿Qué
paso mina? ¿no puedes dormir?”, ella con una sonrisa solo me dijo “no, me da miedo cuando llueve y ya van 4 truenos
y 6 relámpagos”, me incorporé, y la invite a sentarse a un lado mío, ella
lo hizo y solo me dijo “¿ahora que
escribes?” mientras señalaba mi cuaderno de escritos, “nada, acabo de terminar una novela y recién la mande a un concurso”,
mientras tomaba mi laptop y la encendía, en eso, ella me beso en los labios,
ese beso se sintió como la primera vez que nos besamos debajo de aquella
farola, como si hubiera parado un penal en el minuto 92 y con ello hubiéramos ganado
el torneo local, de pronto las caricias se volvieron traviesas, y terminamos haciendo
el amor en la sala y nos quedamos dormidos en el piso de la sala.
Mi celular me despertó sonando la
alarma para despertarme, eran las 7 de la mañana, y amanecí solo, desnudo tirado
en el piso, me quede unos momentos pensando en que había pasado, vi la botella
de whisky vacía y pensé que me había embriagado pero el aroma de ella se notaba
en el ambiente, también el aroma a comida, como pude me incorporé y me puse el bóxer,
fue cuando la vi a ella, en la estufa cocinando, me dirigí hacia ella y la tome
por la cintura, mientras le besaba el lóbulo derecho de la oreja mientras le decía
“creo que hoy, no iré a trabajar, me
reportare como enfermo”, ella solo sonreía, mientras me decía “nada de eso chaval, este es el inicio de una
nueva vida, aparte te hice el lunch para que no vuelvas a esa fondita”,
mientras se daba la vuelta y me daba un par de besos “anda, a bañarte que hoy será un gran día”, me dio un par de besos
mas y me aventó hacia el baño, me duche como era costumbre, estaba mi traje en
la cama junto con mi demás ropa, me la puse y Sali, ella me dijo “no es posible que no tengas tuppers, pero
bueno logré encontrar un par al final de la alacena, que tengas un buen día
amorcito”, me dio un beso muy largo en la boca y después me acomodo la
corbata que la traía un poco chueca, y me acompaño a la salida. En el trabajo
todo pasaba sin problemas o al menos eso yo sentía, quizás era la misma rutina
de diario solo que yo tenia algo distinto, hasta que fue la hora de la comida, me
fui al comedor como nunca lo había hecho y hasta ahí llego el mensajero de la
empresa diciéndome, “Inge, lo buscan de
la fondita, dicen que es necesario que vaya”, yo un poco extrañado le dije
que sí, apenas iba a comer pero volví a meter la comida al refri y me dirigí a
la fondita, no estaba la mesera de siempre, le pregunte a la dueña ¿Qué necesitaba?
Ella solo me dio una carta diciendo “te
lo dejo Meli, la mesera”, un poco desconcertado abrí la carta, era un sobre
rosa con una hoja rosa también y al empezar a leerla me di cuenta que la letra
era de la Mina y no de Meli, donde se disculpaba por todo, me recordaba tantos
momentos que vivimos juntos y diciendo que disculpará a Meli, ya que era su pareja
y le había dicho de mí, estaba empezando a hilar las cosas cuando el casero me
marco diciéndome que había un incendio en mi departamento, lo ultimo que me
dijo fue “Inge, su departamento esta en
llamas, los vecinos dicen que una mujer salió caminando de su departamento
antes de que empezará a arder con una laptop en la mano, y en la puerta de la
entrada del edificio pego una hoja que decía -Con el premio de la novela puedes
hacer una nueva vida-.”
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