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Querido diario


“…Cuando te hartes de amores baratos,
De un rato me llamas…”

No era un jueves cualquiera, había llegado a mi casa a las 3 de la mañana por estar en la oficina sacando unos pendientes, mi jefe me había dicho que podía llegar después de la hora de la comida pero yo me apresuré y llegue a la una de la tarde, al llegar al trabajo mi jefe me abordo y me dijo “mira chaval, todo esto se va a la mierda, el contador nos llevó al baile y debemos un chingo de feria, por tu lealtad y entrega no tanto a la empresa si no a mi persona es por lo que tome esta decisión, eres buen tipo y bueno toma tu carta de recomendación te voy a liquidar con algo más de lo que te tocaba, tu contrato era de planta pero te vamos a dar un año extra de salario para que no hagas pedo, luego luego mueve ese dinero, inviértelo porque de ahí va a salir tu futuro, ¿recuerdas aquella empresa que querías montar en el plano educativo? Pues es buen momento, pasa por tus cosas y vete, esto en dos meses se va a la banca rota.”, no me dejo decir nada más, me dio un abrazo muy fuerte y me acompaño a la oficina, ahí ya estaban 3 cajas para que sacará mis pertenencias, yo había llegado ahí de becario, fui ascendiendo y después me enrolle con la hija menor de mi jefe, las cosas no se dieron bien, ella me fue infiel y se fue con el contador de la empresa, lo tome con calma, incluso mi jefe me dio unas vacaciones cuando más trabajo teníamos y cuando volví, hice como si no hubiese pasado nada, con mi jefe la relación era muy estrecha, incluso más que con sus hijos que también estaban en la empresa, iba con él a cerrar los tratos, era su chofer en muchas ocasiones incluso en vacaciones, incluso fui el tapadera de 3 o 4 infidelidades, por eso el viejón me quería mucho, estuvimos recordando los buenos tiempos mientras me ayudaba a sacar mis cosas de la oficina, fue grato en verdad así que solo nos despedimos con un abrazo fuerte y deseándonos éxito en los planes a futuro, puse las 3 cajas en la cajuela de mi auto y emprendí un camino de regreso a casa.

El tránsito vehicular estaba de la chingada, así que decidí desviarme un poco para buscar algo de comer, lastimosamente llegue a una zona que me traía muchos recuerdos, la colonia “La nueva Santa María” pase a los Tacolotes para comer algo y después me fui por una shisha, un café y un pastelito a “Minichelista”, tantos recuerdos, en este lugar fue donde nos dimos el primer beso con Dinorah que es la hija menor de mi jefe, estuve cerca de hora y media y los recuerdos me empezaron a atacar así que decidí pagar la cuenta e irme de ese lugar, me compré unas fresas congeladas en la michoacana y me senté en el parque mientras me fumaba un cigarrillo, estaba yo tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta que se sentó un señor a un lado mío, lo supe porque me dijo “buenas tardes, ¿no me recuerdas?”, yo pensé que me iban a asaltar, solo le dije que no y el señor empezó “hace unos meses venias con tu novia de la mano, yo había olvidado las llaves dentro de mi auto y venia la grúa para llevárselo, te pedí si podías distraer a la grúa en lo que iba por mi duplicado a casa, a 3 calles de aquí y tú con tu novia se pusieron a discutir sobre las llaves dentro del auto, cuando llego el transito le comentaste que las habían olvidado dentro del auto y el transito te pidió solo que consiguieras un cerrajero y pasaban en una hora más, yo todo lo vi, estaba a unos pasos de ustedes, tarde 10 minutos quizás y tu seguías con ella como si estuvieran discutiendo, les quise pagar la comida en esa ocasión pero te negaste diciendo que mejor ayudará a otra persona cuando lo requiriera”, empecé a recordar y fue verdad, esa vez no sé cómo se nos ocurrió tener esa discusión pero funcionó, pero bueno ahora estaba el señor sentado junto a mí, saco unos cigarros cubanos llamados “popular” y me ofreció uno, diciéndome “Acepta este cigarrillo, quiero platicar con alguien”, lo tome y encendí ambos tabacos, el señor se puso a platicar de cosas de su vida cuando era joven y un sinfín de cosas más, yo la verdad le ponía atención pero solo para no tener que pensar en otra cosa.

No sé cuánto tiempo paso pero cada quien nos fumamos 6 cigarrillos fue cuando él, de la bolsa interna de su saco, tomo una anforita y dijo “Salud y con tu permiso”,  le dio un trago largo, quizás le debió bajar la mitad del líquido y empezó “¡Chingao!, todavía tengo que tomar para darme el valor de hablar de ella… ¿Has escuchado a Joaquín Sabina?, tiene una canción maravillosa llamada Y sin embargo”, ahí lo interrumpí un poco, le dije que sí, que incluso había un poema antes llamado Y sin embargo te quiero, que regularmente lo recita una mujer, el solo asintió con la cabeza y continuo “vaya, que bueno que la conoces, estuve casado 33 años, me iba de puta madre, al final estuve como gerente de un banco, los últimos 10 años de mi jodida vida fue gerente de ese banco, tengo 3 hijas maravillosas, 3 sobrinos y una ex esposa lindísima, me aguanto de todo, sabes, le fui infiel muchas veces, con personal del banco, con clientas y hasta con una vecina, ella me aguanto todo, la última vez que nos vimos solos, mi ex esposa me canto esa canción con todo y el poema, yo había llegado de mi fiesta de jubilación que no la lleve, y de ahí me fui a Acapulco con una de mis amantes por una semana, fue lo último que me aguanto ella, después de que me canto esa canción ella se fue, mis hijas no estaban ahí por fortuna la soltera seguía en la universidad y mis otras dos hijas con mis nietos estaban en sus casas y no la volví a ver hasta cuando fui a atender la demanda de divorcio, le deje todo, la casa, me quede con el auto más pequeño y me vine a vivir a la casa que era de mis padres, pero la soledad me está matando, la mitad de mi pensión se la depósito y no me cuesta nada pero al no tener tanto dinero las amantes se fueron yendo, hasta quedarme totalmente solo, mi hija la soltera me viene a visitar una vez por semana, los jueves cuando sale de su trabajo, pero a mis nietos solo los veo los sábados cuando los llevo al futbol, a mi ex esposa no la he vuelto a ver”, en eso su celular empezó a sonar y él se disculpó y se paró para contestar la llamada, yo solamente me quede pensando en que mis problemas eran nada a comparación de lo de él, tardó quizás unos 3 minutos platicando y volvió a la banca, “disculpa chaval, era mi hija, que salió temprano del trabajo y quería saber dónde estaba, pero bueno ¿Qué haces tan solo acá?”, le platique mi historia muy breve, solo me dio una palmada en la espalda y dijo “vaya estamos igual de jodidos”, en eso sentí pasos atrás de nosotros, me estaba lamentando en no estar al pendiente de lo que pasaba, de pronto solo vi que le taparon los ojos.

El señor solo dijo “¿Paty?”, volteé a ver y vi que era mina lindísima, de esas minas que no traen mucho maquillaje, unos 25 años, bonita forma, muy bonita, con unos lentes de pasta negros, una nariz respingada, unos ojos típicos tapatíos, morena clara, venia vestida con un traje sastre un poco ceñido, ella respondió “¿esperabas a alguien más?" Y empezó a reír, tenía una risa maravillosa, de esas que se escuchan a 3 kilómetros de distancia y pareciera que le cuesta trabajo respirar cuando se reía pero se veía maravillosa, el señor hizo lo propio, le dio un beso en la mejilla y la abrazo como si tuviera muchos años de no verla, después nos presentó, bueno dijo “Paty te presento a un buen amigo”, me paré y le di la mano y nos saludamos de beso como si fuéramos viejos conocidos, acto seguido me invitaron a comer, me negué en primera instancia pero me dijeron que los acompañará, caminamos 3 calles y media y nos metimos a su casa, era una casona vieja como las de esa colonia, muy bonita, con una sala que daba la impresión que estabas en el castillo de Chapultepec, un comedor grandísimo de madera con 14 sillas con descansa brazos, me pidieron sentarme a esperarlos, me senté en la tercera silla y esperé, no se quizás fueron 10 minutos, después llegaron con pollo frito y una pizza grande, nos sentamos a comer y yo en verdad seguía muy lleno, solo tome un pedazo de pizza, casi todo el tiempo centré mi atención en aquella mina, tenía algo que me hacía sentir que la conocía, pero no sabía de donde jodidos, por un momento pensé que quizás era por la historia del señor, hasta que Patricia me dijo “¿estoy despeinada o por qué te me quedas viendo?", yo iba a decir que no, que solo la estaba viendo, pero dije “es que tu risa se me hace muy conocida, pero no sé de dónde”, el señor empezó a reírse como si no hubiera un mañana, incluso empezó a toser varias veces, fue a la cocina a tomar aire o eso yo pensaba, trajo una botella de whisky de 18 años y dijo “vaya chaval quizás te hace falta un traguito para que recuerdes bien” y sirvió 3 vasos con 3 hielos y 15 segundos de whisky, dijimos salud y dimos el primer trago, empezamos a platicar de cualquier cosa, ella trabajaba de coordinadora en una universidad privada, fue cuando le comente sobre mi idea de hacer una empresa pequeña para atender problemas de escuelas, Patricia solo me hizo unas preguntas sobre algunas dudas que tenía, le conteste con los artículos de la ley vigente del plan y programa de IPN y fue cuando apareció su sonrisa, vaya sonreía más bonito que cuando se reía, y dijo “¿Por qué conoces eso? No es muy común”, le expliqué hasta hace un año estuve trabajando por las mañanas para una empresa que se dedicaba a dar apoyo a 4 escuelas con RVOE de IPN, pero después en mi trabajo me exigieron de tiempo completo y no solo por las tardes, después cambiamos de platica.

Nos acabamos la botella cuando al servir el último trago les dije que era la última ya que tenía que llegar aun a mi casa, empezaron a decir “¿a qué te vas? No acabas de decirnos que mañana no trabajas, o se te olvido decirnos que tenías hijos y esposa”, les dije que no, pero que me permitieran comprar yo la otra botella, ellos asintieron y después de una charla me paré y camine al minisúper que estaba en la esquina, no podía quitarme de la cabeza ¿Quién era Patricia?, llegue con la botella, seguimos platicando de cualquier cosa y de pronto los interrumpí, “saben, yo creo que estoy confundiendo a Patricia, cuando estudiaba la secundaria me mandaron a vivir con unos tíos a Guadalajara por 4 meses, fue de marzo a Junio, entré a una secundaria que no recuerdo como se llama, pero está en casi avenida México y Avenida Américas, la calle al Sur es Justo Sierra y un señor vende ahí tacos, yo iba en tercero de secundaria y había una chavita que se llamaba Martha, se reía igual que tú, estaba un poco gordita pero era mi amor imposible, yo era el típico chilango que es rechazado y solo hacia desmadres, el ultimo día que estuve en esa escuela recuerdo que platique con ella 10 minutos a la hora de la salida, después me volví a la ciudad de México, mis padres se habían separado y por eso me habían mandado con mis tíos allá”, Patricia y su padre se quedaron viendo entre ellos, el señor solo asintió y Patricia se disculpó diciendo que iba al sanitario, estuve platicando con el señor cerca de 7 minutos cuando volvió Patricia con un pequeño cuaderno color rosa, se sentó y empezó a hojear el cuaderno hasta cuando dijo “¿sabes leer?” y me entrego el cuaderno, era un diario, lo supe cuando ya lo tenía en mis manos, empecé a leer “Querido diario, ya va una semana que me hablo el chilango nuevo que llego a la escuela y no ha vuelto a aparecer, quizás se dio cuenta que me gustaba o le dije que mi papá odiaba a los chilangos y por eso no volvió, espero poderlo ver algún día”…




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