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Adilen


“…y en otros puertos he atracado mí velero,
Y en otros cuartos he colgado mí sombrero,
Y una mañana
Comprendí que a veces gana,
El que pierde a una mujer…”

Era lo que siempre había estado esperando, quizás pensé que la vida nunca me lo iba a recompensar pero estaba equivocado, lo supe después de que documenté mi equipaje en el aeropuerto, faltaban 3 horas para partir, tenía una hambre espantosa y decidí ir a comer a ese lugar de carnes que se encuentra en la terminal dos, para empezar pedí un café y un pan, después un T-bone y un par de cervezas, para finalizar de nuevo un café, el sabor se me hizo muy rico y me hizo amena la espera, mientras tomaba mi último café leía un poco a García Márquez, “Memoria de mis putas tristes”, ese libro siempre lo leía cuando empezaba un nuevo proyecto, se dio la hora para partir a mi siguiente destino por unas semanas y todo paso sin contratiempos, obtuve la información que quería y volví sin ningún problema.

La rutina era la misma, cada cuarto miércoles salía por esa terminal dos a ese mismo estado de la república, era ir actualizando y reafirmando los datos, ¿Por qué no me iba a vivir allá? Quizás para no entrar en la dinámica de ese estado y que me terminará por comer la forma de vida, pero bueno, siempre comía en el mismo lugar de carnes, cambiaba un poco lo que comía pero siempre era ahí, el mesero era el mismo e incluso ya había un poco de confianza, no recuerdo bien si fue  en la tercera o cuarta vez, el mesero me dijo “con el respeto que me merece, ¿Algún día se ha dejado seducir por una venezolana?, sabe, ese siempre ha sido mi sueño”, y ahí empezó la charla sobre las venezolanas, estuvo bien, digo yo di mi punto de vista y el dio el suyo, pero curiosamente me empezó a dar curiosidad por conocer a una venezolana.

En el trabajo todo iba muy bien, incluso en poco tiempo me cambiaron el proyecto pero siempre en el mismo estado, perdón se me olvidaba decir, trabajaba como agente de investigación, el primer proyecto era conocer el modus operandi de una banda de robo a casa habitación, no agarramos a todos pero si a la gran mayoría de esa banda, la logramos desarticular, era una banda que en su mayoría eran colombianos, esa vez cuando volví me puse a tomar en ese restaurante, no dije nada, nunca he dicho a que me dedico y la charla con el mesero era sobre las venezolanas, las que aparecían en televisión, en el cine, en fin.

Me asignaron a un nuevo proyecto, ahora era ir tras una banda que se dedicaba a abusar de la confianza de las personas, en si era una banda bien organizada que tenía gente extranjera con buenos vehículos y te paraban por la calle diciéndote un rollo bien estructurado que venían de otro país, les habían robado y estaban vendiendo trajes importados a un precio muy bajo, solo para ayudarles a sacarlos del apuro, lograban que las personas pagaran por un traje 5 mil, 8 mil pesos, con la promesa que eran de 30 o 40 mil pesos, y así era con diferentes artículos, era complicado dar con ellos, ya que se mueven por toda la ciudad y aparte no hay muchas denuncias por parte de los afectados, estaba yo leyendo el informe en ese restaurante, lo traía todo escrito en papel y pluma, para que si alguien intentará leer, no se dieran cuenta que era un informe, bueno ese miércoles estaba leyendo el informe, era extraño el lugar estaba lleno y yo entre como era costumbre, el mesero me atendió y seguí con mi dinámica, leyendo el informe, en eso cuando recién me llego el ultimo café una chica se acercó a la mesa y me dijo “¿Disculpa puedo sentarme contigo? Lo que pasa es que está muy lleno y yo muero de hambre”, levanté la vista y la vi, era realmente hermosa, morena clara, cabello color negro, lentes de pasta, unos ojos color avellana, iba vestida normal pero se alcanzaba adivinar la figura incluso por encima de la ropa, no sé pero me hipnotizo su mirada, después de verla un poco ahí parada solo atine a decirle “claro, ahorita le digo al mesero que te sientas conmigo, yo ya casi voy de salida”, ella se sentó y al momento de hacerlo me agradeció mientras me regalaba una sonrisa, “por cierto, me llamo Adilen”, yo me presenté también, deje de leer por completo y cerré el cuaderno, de inmediato le dije “tienes un acento extraño, ¿no eres mexicana verdad?”, ella con una sonrisa contesto que no, su nacionalidad era venezolana, en eso llego el mesero y le explique la situación, “sabes, la mina quiere comer algo pero dice que no hay lugar, yo le dije que voy de salida pero que podría sentarse en la mesa y ella pedir”, el mesero lo entendió, ella pidió solamente un refresco de Cola y un club Sándwich, estuvimos platicando un poco, concordábamos con el estado a donde viajábamos pero no a la ciudad, cuando me pregunto a que me dedicaba, la verdad me sentí un poco incómodo, pero como siempre lo hacía le mentí, le dije que era director de Recursos Humanos de una empresa y viajaba seguido para allá, de pronto me di cuenta que ya era la hora de abordar, así que pedí la cuenta, ella no me dejo pagar su consumo y salí corriendo para el abordaje, para ser sinceros no me quitaba de la cabeza a ella, a Adilen.

Al llegar y estar esperando mi equipaje, sentí que el destino me había volteado a ver nuevamente, la vi a ella, estaba esperando su maleta, quise no verme muy obvio y me fui al lado contrario de la banda, pero les soy sincero, no dejaba de verla con el rabillo del ojo, tomé mi equipaje y me dirigí a la salida, la verdad la perdí de vista, estaba esperando el taxi de aplicación, mientras fumaba un cigarrillo, en eso ella se me acercó diciendo “mira que sorpresa, no me digas que también vas para el centro”, le dije que sí, e incluso le dije “si gustas podemos tomar el mismo taxi y así no esperas, que ahorita la demora es terrible”, ella primero dijo que no, pero se quedó fumando conmigo, en cuanto llego el taxi me dijo “no quiero incomodarte pero ¿sigue en pie lo del taxi? Es que por las prisas no lo pedí”, obviamente yo estaba entusiasmado y no podía ver más allá, obviamente le dije que sí y platicamos de muchas cosas en esa hora de camino, intercambiamos números telefónicos y quedamos en hablarnos, ella iba a estar en una ciudad cercana a donde yo radicaba, llegué a la casa que tenía rentada y justamente estaba pensando en ella, cuando de pronto me llego un mensaje, si, era de Adilen y después de ese mensaje, empezamos a hablar diario y a todas horas, creo que debo de admitir que me estaba enamorando.

Faltando dos días para regresarme había un partido por televisión de la selección Venezolana VS la mexicana y quedamos de vernos en un bar para ver el partido, creo que fue la primera vez que estando las pantallas enfrente, no le ponía atención al partido, las cervezas iban pasando y nosotros seguíamos con la plática, solamente una vez grite gol, el partido quedo 1-0 favor la selección mexicana, me causaba intriga ella, no me había dicho a que se dedicaba, sin querer se me ocurrió decirle “sabes en dos días me voy, es extraño, te vengo conociendo justamente en el tiempo que están por correrme de la empresa, no sé bien si duraré una quincena o quizás acabo el mes solamente, pero sabes, esta ciudad me encanto mucho y no me gustaría irme y aparte te conocí ”, Adilen solo se me quedo viendo, no dijo nada, tomo con su mano derecha mi mejilla y dijo “por mi trabajo, también viajo mucho a la capital, igual podemos vernos allá, aunque esta ciudad es mejor, me gusta mucho también” y ahí quedo la charla en esa noche, no pasó nada, ni un beso, ni un toqueteo ni nada.

Al volver seguíamos platicando diario, incluso ella llegaba a bromear diciéndome “pues mira me acabo de comprar un auto pero no tengo quien lo maneje, igual cuando te corran de tu trabajo, pues podríamos ver si te interesa”, yo en verdad estaba más interesado en Adilen que en el trabajo, me tocó regresar y quedamos de vernos para almorzar, después de almorzar me dijo “¿tienes tiempo? Tengo que ir a entregar unas cosas a unos primos pero estoy cansada de manejar, ayer viaje del puerto para acá ”, le dije que sí y empecé a manejar dentro de la ciudad su auto, era un civic negro muy bonito, después de como 20 minutos paramos en una calle, en un barrio de clase media alta y al aparcar iba a bajarme pero ella me dijo “no sería buena idea, mis primos son muy celosos y si te presentó, no me van a creer que eres una persona que conocí en el aeropuerto”, todo esto mientras sonreía, no me quedo de otra y cuando se bajó saque mi celular y me puse a ver las redes sociales, de pronto me dio por ver sobre el espejo lateral y vi como bajaban bolsas de mujer y las metían al otro auto, solo veía yo por el rabillo del ojo, de pronto cuando cerró la cajuela me volví a poner en mi celular, ella se excusó pero no dijo nada, ni yo tampoco pregunte nada, en total pasamos a 4 lugares antes de llegar a su departamento, ahí tomamos unos tragos y ella se empezó a sincerar, “¿Qué te pareció tu primer día de trabajo?”, y solo atine a decir “fue complicado pero me iré adaptando, total también estoy encerrado todo el día, solo que en vez de que sea en una oficina, es en un auto, y en vez de tener a Martita la recepcionista con su mala cara, estas tu que eres guapísima”, esa noche fue maravillosa, estuvimos desnudos pero no fornicamos, solamente nos tocábamos los cuerpos, nos acariciábamos como si fuera algo prohibido, le escribí un par de versos en su piel con una pluma, ella solo sonreía, después me volví a casa empezando la mañana, y me puse a investigarla un poco.

En el comedor había visto un pasaporte colombiano, era ella la de la foto pero no era el nombre que me había dicho y tampoco la nacionalidad, en la investigación salía ese nombre “María Eugenia, pasaporte colombiano, 1.68 de estatura aproximadamente, cabello negro, civic negro” había vendido un par de bolsas de mujer que eran imitación, termine de leer ese expediente y me puse a pensar entre mi trabajo o el amor que sentía por ella, decidí no viajar y estar trabajando con ella, digo en todos los sentidos, también en el emocional, fueron solamente 8 días, había descubierto la forma de trabajo de ella, concordaba con un par más de denuncias y fue cuando decidí actuar, cateo en su departamento y en los de sus “primos”, ese día me las ingenie, desde la madrugada le había mandado mensaje preguntándole que si ella estaba bien, ya que yo estaba vomitando e iba hacia el hospital, no me sentía nada bien, ella no me contesto hasta las 9 de la mañana, me marco diciendo como iba todo, le dije que estaba en observación, al parecer algo estaba contaminado y me estaban haciendo estudios, antes de colgar la llamada me dijo “mejórate, presiento que sin ti, hoy no será un buen día”, le prometí irla a ver en cuanto me sintiera mejor, al colgar la llamada, empezó el operativo, detuvimos a 16 personas con trajes, chamarras, bolsas de mujer, pasaportes falsos, drogas e incluso miles de pesos en efectivo, al llegar a barandilla ella estaba ahí, se sorprendió al verme y yo también me sorprendí al verla, le mentí, le dije que me había enterado de que estaba en barandilla y fui a ver si podía sacarla, ella me dio un beso en los labios mientras me decía “ya ves, te dije que no iba a ser un buen día sin ti”, yo le respondí el beso, me salí de ahí y empecé el papeleo para vincularlos a proceso, al fin habíamos desarticulado otra banda más, yo tenía una estrellita en mi expediente pero también me había quedado sin los besos de Adilen.



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