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Entre lo surreal del amor y la verdad del odio


“…no se trata de rescatar rencores,

No se trata de nostalgias,
Porque cualquier tiempo pasado,
No fue mejor,
Si miro hacia el pasado,
Es porque me preocupa el futuro…”



La vida me había dado tantas vueltas que incluso ya me había acostumbrado al viaje, me había pasado de todo, me enamoré, me desenamoré, tome decisiones, me arrepentí, replantee mis objetivos, jugué deportes que ni en mi vida me había imaginado, había escrito unos cuentos cortos, había trabajado en la informalidad, había estado en trabajos de manera formal, anduve en bicicleta, patín del diablo, patines, había manejado, incluso había chocado y en esa ocasión la vida me dio una oportunidad mas para seguir creciendo, cambio por completo mi vida, ya respetaba los pasos cebra, respetaba los limites de velocidad, no encendía el auto hasta que tuviera el cinturón de seguridad puesto y haber ajustado los espejos y el asiento del vehículo, pagaba mis impuestos, pagaba el importe exacto, casi no bebía, había dejado de fumar, había empezado una vida mas saludable, buscaba no enojarme y sonreír más, vaya había tenido un cambio de vida que incluso las personas que me conocían antes del accidente no reconocerían la persona en que me había convertido, había tenido la oportunidad de participar para una vacante de gobierno, las cosas iban de maravilla pero sí, siempre existe un pero, mi RFC estaba mal y eso había retrasado mi ingreso, me dieron 15 días para poder realizar el trámite y tener mi documentación en orden, saque una cita de inmediato y al otro día me tenia que presentar puntualmente alas 11 de la mañana.

Ese día no podía dormir, así que desperté un poco tarde, me bañe rápido con agua fría y desayune un café con donas, tome mi auto y me dirigí a la oficina para realizar el trámite, fue una bronca terrible encontrar estacionamiento y tuve que dejarlo en un autolavado, corrí y llegue 10 minutos tarde, no me querían atender, estaba yo platicando con la chica de recepción solo para que revisará mis documentos y poder sacar otra cita, ella decía que no era función suya y se negaba, yo procuraba no alzar la voz, ya que le estaba expresando que esa era parte de su función ya que yo veía que ella rechazaba gente sin siquiera pasar con otras personas, en ese momento cuando estaba yo discutiendo con ella paso una persona y se puso atrás de mí, solamente dijo “¿Chaval? ¿eres tú?”, la voz se me hizo conocida pero no encontraba a la persona en mis recuerdos y solamente contesté que sí, la chica de recepción tomó de inmediato mis papeles y empezó a revisarlos, la persona que me abordó solamente dijo “no, déjamelos a mí, va a pasar directamente conmigo”, me condujo hasta una oficina, recuerdo bien era la ultima oficina y estaba al fondo, quizás unos 40 metros de distancia, la oficina era formal, con demasiados documentos, fotos de ella, de la que pienso era su familia, una computadora de escritorio, un aire acondicionado, un frigobar que apenas se reconocía, un horno de microondas, un librero repleto de libros de contaduría y algunas carpetas me imagino que del trabajo, un escritorio de caoba grande muy bonito por cierto, la silla personal que parecía muy cómoda y dos sillas enfrente un poco incomodas, me hizo sentar en la silla que esta exactamente enfrente y me empezó a preguntar cosas de mi pasado, yo iba respondiendo a pesar de que eran muy personales y fue cuando sin querer le dije “una disculpa contadora pero no la recuerdo, sabe hace 6 años tuve un accidente, estuve en coma por 8 meses y la rehabilitación fue complicada pero volví a ser funcional, solo que ahora muchas cosas no las recuerdo, ¿me podría ayudar a poderla asociar con mis recuerdos?”, ella se me quedo viendo fijamente con esos ojos color capulín, se paró, cerró la puerta, bajo las persianas, se sentó en su silla y por teléfono le dijo a otra persona que no le pasará a nadie, saco una memoria USB y sin decir nada se puso a buscar algo en la computadora e hizo una pausa por unos minutos.

Después dijo, “una disculpa, ¿gustas un café?”, lo acepté y pidió dos tazas de café por teléfono, después se puso hablar de mi caso por el que iba, pasó la recepcionista y dejo los dos café, eran de olla, el aroma se me hizo delicioso, estaba al punto, bueno eso deduje solo con el olfato, se retiro la recepcionista y ella cambio de nuevo, me dijo “ven, te voy a ayudar a recordar quien soy”, me acerqué aunque yo lo que quería era probar el café, empezó a reproducir un video, claramente era yo y deduciendo un poco era ella, quizás hace unos 10 atrás, sin querer empecé a sonreír en una foto donde la estoy abrazando por detrás, ella trae una playera de futbol color negra de la selección nacional que mis recuerdos me empezaron a decir que era mía, lo recordé porque ganamos un campeonato cuando recién la estrené, en otra imagen es la posición y nos estamos besando, fue cuando voltee a verla y se puso un poco rojita, yo sonreí, terminamos de ver el video y me puso unos documentos en pdf, eran unos escaneos de unas cartas, al parecer yo las escribí y estaban dirigidas a ella y me enseño otras imágenes en momentos diversos, quizás empecé a recordar porque solté un suspiro largo, después de que termino de enseñarme todo, me senté y le di un trago al café que aún seguía caliente, hubo un silencio y dije “pffff es maravilloso”, ella sonrió un poco y dijo “si, fueron muy buenos tiempos”, volví a hacer hincapié “bueno, yo me refería al sabor del café, pero también me hiciste recordar muchas cosas”, le di otro trago y ella me dijo “¿tienes algo por hacer tipo a las 8 de la noche?, no sé podemos ir por un café o algo así para ayudarte a recordar, pero bueno aunque digas que no, tu tramite lo inicio hoy y en 48 horas ya esta resuelto”, le dije que sin problema, que pasaba por ella cuando saliera del trabajo, me dio la mano y dijo “bueno este es tu numero de celular supongo, te marco cerca de las 6 de la tarde porque yo salgo 6:15- 6:20”, estrechamos las manos y quede en pasar por ella, recuerdo que Sali esa mañana sin los documentos, ella se los quedo y yo Sali con la ilusión de tener mis documentos en orden en menos tiempo de lo previsto.

Gracias a ese recuerdo me fui al centro de la ciudad, caminé por los lugares que recordaba que iba con ella, después me distraje y entre a un par de museos, estaba en el museo de la ciudad cuando de pronto me entró una llamada, la tomé y era ella, “chaval, ¿crees que podamos vernos como en media hora?, me pude hacer un tiempito y salir mas temprano, a la hora de la comida”¸ le comenté que si y acabamos la llamada, me Sali del museo y conduje hasta las oficinas, ahora tampoco encontraba estacionamiento pero me estacione como mucha gente lo hace en doble fila, no esperé mucho quizás unos 5 minutos cuando ella salió, la vi a lo lejos y como presurosa sacó su celular y casi de inmediato sonó mi teléfono, no contesté y avancé hasta donde estaba ella, me baje del auto y la abracé, después le abrí la puerta, me causo un poco de conflicto que no se pusiera el cinturón de seguridad y le dije “¿te puedes poner el cinturón? Es por tu seguridad”, ella se me quedó viendo y apresurada se lo puso, después me dijo “¿te parece si vamos a comer? Conozco un lugar muy rico aunque esta un poco retirado”, le dije que no tenia problema y empecé a manejar, salida a Puebla, en el auto ella me platicaba tantas cosas que me estaban ayudando a recordar demasiado, yo solo la escuchaba y de vez en cuando veía su lunar, ese que tiene en la parte de arriba de su labio superior, quizás tengo una fijación con esos lunares, salimos de la autopista y nos internamos en un camino de libre, llegamos aun lugar conocido como “el paso del conejo”, ahí nos paramos en el segundo restaurante del lado izquierdo, era como un viaje al pasado, un restaurante de madera, pinos tipo oyamel que lo custodiaban, una pista de cuatrimoto y juegos infantiles, nos sentamos en una mesa de las de adentro, el frio estaba un poco fuerte, pedimos de comer, yo pedí conejo en adobo y ella conejo enchilado, después fui al auto y traje una chamarra para ella que a regañadientes se la puso y dijo “huele a ti pero existe un aroma que no termina de completar con mis recuerdos”, le dije que había cambiado de loción y ella no se quedaba conforme, después dimos unos paseos en cuatrimoto y nos sentamos en el pasto a fumar unos cigarros cubanos que ella traía pero seguíamos platicando del pasado, no se en que momento, yo estaba sentado con las piernas abiertas y ella estaba delante de mí, yo la estaba abrazando como en una de las imágenes que me puso, fumando y platicando, en eso ella dijo “sabes, ahora si huele a ti, le faltaba unas notas de tabaco a tu loción” y empezó a reír, después nuestras bocas se encontraron, fue algo maravilloso, recordé tantas cosas en ese beso, quería que no se acabará nunca y bueno ese beso acabó pero después vinieron muchos más, hasta que el frio empezó a ponerse mas pesado y la luz del sol empezaba a escasear, fue cuando ella dijo “sabes, quizás seria buena idea irnos, el frio esta un poquito mas fuerte y pudiera ser que en tu casa te esperen”, no quise decirle que vivía solo, nos subimos al auto y empezamos el camino de regreso.

No recuerdo bien que paso después de los besos después del auto, pero cuando recuerdo estábamos en una habitación de hotel, con una botella de whisky a la mitad, estábamos semidesnudos y dándonos tantos besos que no caben en esta pequeña narrativa, después tuvimos un encuentro cósmico, donde los dos nos convertimos en uno mismo, fue maravilloso, incluso mas que el café, la comida, los besos y los recuerdos juntos, nos fumamos un ultimo cigarrillo en la cama, los dos rendidos, en silencio, nuestro lenguaje eran los besos y las caricias, en su rostro se veía una sonrisa maravillosa como de complicidad.

Después de ese día todo cambio, el tramite se concluyó, yo obtuve el empleo y a los 5 meses vivíamos juntos, las cosas iban de maravilla, me ayudo tanto que quizás nunca le voy a terminar de agradecer, pensábamos a futuro, pensábamos en tener una familia, digo aun estábamos en edad, no todo era miel sobre hojuelas pero no había nada que no se reparará con unos besos y un buen round en la cama, era como un viaje al pasado pero viviendo en el futuro, todas esas promesas que no cumplimos ahora las estábamos materializando, nos dábamos tiempo para seguirnos conociendo y puedo decir que quizás recién nos estábamos conociendo, ella me conocía mas de lo que yo me conocía a mi y sobre todo más de lo que yo la conocía a ella, después de esos cinco meses que vivimos juntos ella empezó a tener unos problemas de salud, vomitaba muy a menudo y sus cambios de animo eran jodidamente rápidos, incluso le dieron unos días en su trabajo para que se atendiera, por mi trabajo no podía acompañarla en las consultas con el médico, pero ella se veía un poco mal, desgastada, con ojeras, aunque sus ojos tenían un brillo tan especial que me hacían hacer lo que ella dijera con solo verme.

Llego el tiempo que había un puente nacional, tendríamos fin de semana largo, me estuvo diciendo para sacar unos días antes del puente y hacer nuestro primer viaje juntos, ella me decía que el médico le había dicho que era estrés y necesitaba un viaje, habíamos tomado por bandera ir al estado de Guanajuato, conocer la cuna de la independencia. Ese día nos paramos temprano, mas por el vomito que tenia ella que por gusto, tomamos las maletas cuando ella se sintió mejor y emprendimos el viaje, llegando a Valle Santiago en Guanajuato decidimos parar para desayunar, fuimos al mercado municipal y desayunamos muy rico, digo la comida estuvo muy rica porque hubo una frase que ella me dijo que no me gusto mucho, fue “bueno no me has preguntado que hice en todo este tiempo, me casé con el chavalo que decías que quería conmigo pero yo te decía que era mi amigo, estuvimos dos años juntos, no pudimos tener hijos, después él tuvo un accidente automovilístico y yo juré vengarme de la persona que lo mató, fue un cochinero en ese accidente porque la aseguranza del otro tipo dijo que mi esposo venia borracho, pero yo se que no, él me había dejado una hora antes en la casa de mi madre y el se iba a ir a una cena de la empresa”, quizás me recordó a mi accidente, ese jodido momento en el cual yo venia regresando de la casa de una fiesta familiar, mi novia me había dejado días atrás pero yo no había tomado ni una gota de alcohol, me regresé a mi casa porque al otro día teníamos una final y no quería ir en mal estado, pero en el cruce de circuito interior y calzada de Guadalupe, el semáforo se puso en verde, yo estaba escuchando “Sol de media noche” de Salón Victoria, a un volumen alto, no di espacio y metí primera y segunda en cuestión de segundos, tenia unas ganas de orinar terribles y había una gasolinera a menos de un kilómetro, cuando de pronto la luz se me apagó, el seguro me dijo que según las cámaras de seguridad de la ciudad, un auto se paso el alto y chocamos, el venia a mas de 100 km/h y al parecer alcoholizado, yo no quise ahondar más. Seguimos el viaje y pasando Irapuato ella me dio un beso maravilloso, incluso perdí un poco el control del auto, recompuse el camino, ella estaba seria, recuerdo bien, le dije “estuvo riquísimo el beso pero si vuelves a hacer eso, vamos a chocar, mejor no lo hagas”, ella fingió una sonrisa, puso la canción de “Nos sobran los motivos” de Joaquín Sabina, avanzamos quizás unos 2 minutos cuando el velocímetro me decía que íbamos en el limite de velocidad 110 Km/h, de pronto ella me dijo “¿recuerdas que te había dicho que iba a vengar la muerte de mi esposo? Pues ya es hora “, jalo el volante hacia la derecha con mucha fuerza, nos salimos de la carretera y de pronto la luz se me apagó.

Cuando desperté, era como un viaje al pasado, estaba postrado a una cama de hospital, conectado a unas máquinas que hacían un ruido muy desesperante, ese típico pip pip pip pip, platique con el médico que estaba en ese momento y me comentó que tenía 3 semanas en coma, que había tenido un accidente automovilístico, que mi acompañante había fallecido por no traer el cinturón de seguridad pero que lo peor es que estaba embarazada, solo cerré los ojos y escuche el sonido pip pip pip pero más continuo…



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